Por Yazmín Itzel Toledano Landa
El breve ensayo que a continuación se presenta tratará de mostrar el punto de vista del autor, acerca de uno de los principales problemas que frenan la realización de proyectos culturales en México, como lo son las constantes quejas y lamentaciones de algunos de los artistas y postulantes a ciertos apoyos gubernamentales, al encontrarse con el sinfín de obstáculos y situaciones a solventar, fuera del ambiente netamente cultural, y que tienen que resolverse para poder llevar a cabo ese proyecto, y no quede inconcluso. Es necesario mencionar que el autor tiene formación académica y profesional en las áreas administrativas y escolares, y el terreno artístico es recientemente conocido y explorado, sin embargo, las similitudes de problemas y “lamentaciones” son notorios en todos los ámbitos en los cuáles se ha desarrollado, considerando que es más bien una característica cultural mexicana, la cual debería modificarse.
Si consideramos que uno de los papeles del Gobierno es distribuir y acercar los recursos necesarios a la población para que ésta pueda desarrollarse íntegramente como ser humano, llevando todos un rumbo definido de nación, y así se puedan alcanzar los diferentes objetivos propuestos en los diferentes Planes Nacionales, es entonces obvio que en México esto ha venido fallando desde siempre, y en todos los ámbitos que lo componen: económico, político, empresarial, educativo, cultural, etc. Prueba de ello lo vemos día a día con las cifras alarmantes de quiebra de empresas, niños abandonando las escuelas, inmigración, inseguridad, concentración de la riqueza, falta de estímulos y apoyos económicos entre otras cosas más. Pero de igual manera también podemos observar casos de éxito, a pesar de circunstancias adversas, como el joven guerrerense, que a sus 19 años y con casi nulos recursos, ha creado un acelerador de partículas; o de la bailarina Elisa Carrillo, considerada una de las mejores en la Ópera de Berlín, y así podemos citar casos en el deporte o en la educación, etc. Entonces aunque por un lado reconocemos que el Gobierno está fallando en su papel, también hay personas que están avanzando y logrando sus planes, y esto no tiene nada que ver con suerte o con posiciones privilegiadas, si no más bien, por dos aspectos principales: 1) Planeación y manejo adecuado de habilidades administrativas y 2) adecuado manejo personal y emocional, que a continuación se detallan.
La planeación y las habilidades administrativas, desde el punto de vista personal, deberían enseñarse en cualquier área, para así poder lograr proyectos exitosos y con posibilidades de crecimiento reales, pues tanto el médico que quiere su consultorio, como el microempresario que pondrá su tienda, como el artista que quiere presentar una obra de teatro, todos tienen en común que tendrán que buscar financiamiento, proveedores, colaboradores, pagarán sueldos, tienen que elaborar su producto, tienen que establecer un precio, promocionarlo, etc. Así se remarca el hecho de que no basta tener una idea, si no que hay que aterrizarla, liderearla, guiarla, y para eso se requieren habilidades distintas a la sola creatividad. Por otro lado, si como individuo se es incapaz de tener objetivos claros y concretos, así como de manejar las emociones adecuadamente, cualquier obstáculo que se presente, servirá para deprimirlo o para empujarlo a un rincón de lamentaciones, esperando que otros resuelvan situaciones que estarían en sus manos corregir. Desafortunadamente en la realidad mexicana aún prevalece la cultura de la queja sin propuesta de solución, el querer recibir todo sin esfuerzo ni méritos válidos propios, la poca valoración por la educación de calidad, el conformismo, etc.
Poniendo como ejemplo el
terreno empresarial, aquí es bastante común que se pueda solicitar apoyos
gubernamentales para financiamiento y concretización de proyectos comerciales y
con fines de lucro, sin embargo aún es común también, que los empresarios
empíricos no valoren el poder de una buena planeación, no sepan presentar
adecuadamente esos proyectos, etc. Pero también vemos que el gobierno se ha
dado cuenta de esto, y está tratando de resolver la situación a través de dar
programas de capacitación que resuelvan esta circunstancia que afecta a ambas
partes. Si esto lo trasladamos al terreno cultural, el cual por desgracia en
México se considera un tanto secundario, debería
funcionar igual, dar los apoyos, pero también mejorar los procedimientos bajo
los cuales se dan esos financiamientos, y por supuesto, capacitar y crear consciencia
en la comunidad artística, para que se abra a la posibilidad, la cual ya es una
necesidad, de tener las habilidades administrativas necesarias para poder
gestionar sus proyectos de manera eficiente y eficaz, y así sus carreras se
vuelan realmente autosustentables, e incluso convertirse, cuando así fuera el
caso, en empresas culturales que den trabajo constante y bien remunerado a
otros compañeros del gremio.
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